Una investigación sobre las experiencias de ingreso y permanencia de estudiantes indígenas en la UNNE, describe los obstáculos que los mismos reconocen tener en su trayecto como universitarios, así como las motivaciones que favorecen su permanencia. Se perciben como “pioneros” por ser los primeros en sus familias y comunidades en ingresar a la Universidad, y ven en la educación superior una herramienta para aportar al desarrollo de sus comunidades.
Pese a las condiciones amplias de acceso a la educación universitaria existente en Argentina, hay aún poca presencia de población indígena en estas instituciones. En ese aspecto, el sistema universitario viene desarrollando acciones que incluyen propuestas para lograr el acceso de jóvenes y adultos de las comunidades indígenas a las carreras de grado.
En el caso de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), desde el año 2011 se implementa el Programa de Pueblos Indígenas (PPI) que lleva adelante la decisión política de apoyar el acceso de miembros de estos Pueblos a la educación universitaria.
El plan de acción del PPI plantea el otorgamiento de becas integrales de manera de generar las condiciones materiales necesarias para promover la inclusión de estudiantes indígenas, y conjuntamente con el apoyo material de las becas se encuentra el apoyo pedagógico y orientación a través de tutorías.
Antes del año 2011 se habían identificado como indígenas 14 estudiantes que cursaban carreras de grado de la UNNE, y tras la implementación del programa se contabilizan en la actualidad 55 estudiantes.
Teniendo en cuenta ese contexto de un creciente número de estos estudiantes indígenas, investigadoras e investigadores del Instituto de Investigación en Educación de la Facultad de Humanidades de la UNNE realizaron un estudio cualitativo para indagar en los significados que estudiantes indígenas atribuyen a su ingreso a la UNNE y a su permanencia en ella.
El equipo que realiza este estudio está dirigido por las profesoras Teresa Artieda y Laura Rosso, y lo integran la profesora Adriana Luján, Mirian Soto, María José Ramírez y el profesor Miguel Ángel Vilte.
Se investigó respecto a los significados y a los modos de vivenciar ese proceso, las motivaciones que los llevaron a optar por una carrera de nivel superior y las estrategias desarrolladas para lograr la permanencia.
“Nos acercamos a las experiencias de los estudiantes desde una perspectiva que atienda a las prácticas de estos sujetos institucionales y sus versiones retrospectivas sobre lo vivido” sostienen los autores de la investigación.
Según explican, en los últimos años se han realizado diversos estudios que abordan el acceso a la Educación Superior de los Pueblos Indígenas, trabajos con el foco puesto en las políticas y discursos inclusivos y en lo que hacen las instituciones para promover la inclusión educativa.
Por ello, desde el Instituto de Investigación en Educación (Hum-UNNE) se consideró necesario escuchar las voces de los sujetos destinatarios de este tipo de políticas, a fin de acercarse a conocer las maneras en que los estudiantes indígenas se apropian de la Universidad.
Así, los investigadores buscaron responder preguntas como ¿Cuáles fueron las motivaciones que los llevaron a optar por una carrera de nivel superior? ¿Cómo vivencian o vivenciaron su ingreso y permanencia? ¿Qué estrategias han ensayado y ensayan para su continuidad en la universidad?, ¿Qué papel juegan la comunidad, la familia, y los actores universitarios con los que se relacionan?
METODO DE TRABAJO
El procedimiento para la recolección de información se basó, por un lado, en técnicas de observación participante y no participante; y el registro obtenido se completó a través de entrevistas semi-estructuradas a un grupo de estudiantes escogidos luego de las observaciones.
Una recopilación de lo observado en el estudio fue realizada por las investigadoras en el informe “Experiencias de ingreso y permanencia de estudiantes indígenas en una Universidad convencional del Nordeste Argentino”, publicado en la Revista “Antropología Andina” de la Universidad Nacional del Altiplano de Perú, autoría de las profesoras Adriana Luján, Mirian Soto y Laura Rosso.
OBSERVACIONES
Los estudiantes entrevistados perciben las representaciones que el grueso de la sociedad no-indígena regional sostiene sobre los Pueblos Indígenas. Consideran que diversos actores universitarios, profesores y alumnos, reproducen imágenes “homogeneizantes” respecto de los estudiantes indígenas tales como “son tímidos, retraídos” o “tienen rasgos físicos específicos que los caracterizan”.
Para los estudiantes entrevistados, lo novedoso de su llegada a la universidad es vivido a través del miedo, fundado en auto-percepciones “desvalorizadoras”.
“Los estudiantes no indígenas relacionan los rasgos físicos y el origen rural con la pertenencia étnica, reforzando de esta manera imágenes que ubican a los indígenas lejos de las ciudades”.
Ante esto, algunos estudiantes indígenas prefieren no revelar su pertenencia étnica tras rasgos físicos no identificados como indígenas, porque consideran que asumir esa adscripción los ubica como “distintos”. Diferencia que al contrario de alentar una valoración puede resultar el tener que someterse, o habilitar a una relación asimétrica.
El Ingreso. En el caso de los factores que influyen en la motivación para el ingreso a la universidad, el principal es la familia, que proporciona las condiciones materiales y simbólicas no sólo para el ingreso, sino también para la permanencia.
Se observa que, dentro de las variables de interés de estos estudiantes por el ingreso a las carreras de grado, se encuentra el mandato familiar y las responsabilidades adjudicadas a los mismos. El acompañamiento brindado por sus familiares, tanto económico como emocional, genera condiciones que los ayudan a sentirse apoyados y alentados en su decisión.
Por otro lado, los estudiantes ven en la educación superior una herramienta de lucha para sus comunidades, lo cual los motiva a formarse, para convertirse en profesionales comprometidos con sus pueblos de pertenencia.
Tanto desde las expectativas de los propios estudiantes como de los miembros de sus familias, se advierte una posición clara de querer formarse académicamente para contribuir al desarrollo de su comunidad.
En cuanto a las dificultades identificadas en la etapa del ingreso de los indígenas a las diferentes carreras, para los autores del estudio, identifican obstáculos que resultan comunes a los de otros ingresantes no indígenas. Sus relatos remiten a dificultades experimentadas ya sea sobre los cambios de contexto institucional, o los ritmos de estudio, aspectos que les demandan adquirir nuevos hábitos para poder permanecer dentro de la universidad.
Los y las estudiantes manifiestan que pudieron superar estas dificultades y entre los facilitadores para este proceso, señalan el acompañamiento de los tutores pares que son parte del PPI, así como el apoyo del grupo de estudio que pudieron conformar.
Permanencia. En cuanto a la permanencia, en los relatos de los entrevistados se identifica el desarrollo de diversas estrategias, dentro de las cuales se advierte un factor común: el grupo de pares no indígenas (llamado por algunos de ellos “grupo de estudio”).
“Vemos como la interacción en este caso, constituye un aspecto positivo en el proceso de crear nuevos vínculos y se convierte en una condición indispensable para la permanencia en la carrera” señalan las investigadoras autoras de la publicación.
También se destaca la figura de los tutores pares que los estudiantes tienen en el recorrido académico, quienes de distintas formas colaboran motivando y acompañando el desenvolvimiento de los tutorandos.
Pioneros. A pesar de tener que sortear los obstáculos descritos y valerse de tácticas para permanecer, el “ser universitario” para los estudiantes indígenas adquiere una significación ligada a una idea de superación como miembros de sus comunidad.
Se reconocen a sí mismos como pioneros dentro de una sociedad que en ciertas ocasiones los oprime y discrimina. Ellos asumen para sí mismos la figura de pionero para sus comunidades, un rol como bandera de lucha y ejemplo para sus hermanos/as indígenas”.
“Estos jóvenes se encuentran en proceso de aprender hábitos y competencias considerados necesarios para ser un estudiante universitario pero consecutivamente re-elaboran los sentidos que adquiere el ser un universitario indígena, re-elaboración puesta en acto cuando perciben los prejuicios de los otros sin aceptar pasivamente la consecuente exclusión que generan, desarrollando estrategias que les permitan mantenerse a salvo en el juego de las relaciones desiguales en las que están inmersos” destacan.
Agregan que los aprendizajes que adquieren, atravesados por tensiones, junto a logros, estrategias de resistencia, sentimiento de miedo, de alegría, develan el desarrollo de experiencias universitarias particulares, diferentes a las de estudiantes urbanos no indígenas.
Los avances expuestos pueden tener impacto en las instituciones universitarias. Desde el grupo de investigación consideran que lo observado en el estudio “convoca a mejorar y profundizar los estudios sobre políticas educativas de inclusión con pueblos indígenas, así como aportar, desde la investigación, al diseño e implementación de las mismas”.
DATOS DE INTERES
En el Chaco, una de las provincias a las que pertenece la UNNE, habita población de los pueblos Qom, Wichí y Moqoit.
Según datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2010, 41.304 personas se reconocen como indígenas o descendientes de pueblos indígenas u originarios, sobre una población total de 1.055.259; de modo tal que según datos oficiales, los indígenas representan casi el 4% de la población total de la provincia.
De los 41.304, el 95,1 % es descendiente de los pueblos originarios que han habitado la región del Chaco: el 74,5 % pertenece al pueblo Qom, el 11,2 % al Wichí y el 9,4 10% al Moqoit.
En los últimos años los indicadores educativos han mejorado. Entre 2008 y 2014 se ha producido un aumento en la matrícula indígena del nivel secundario y del nivel superior no universitario. En el año 2008, 115 alumnos indígenas asistían al nivel superior no universitario, frente a 12.411 alumnos en el nivel primario y 602 en el secundario. En 2014, 12.106 alumnos se encontraban matriculados en el nivel primario, 2.712 en el nivel secundario y 644 en el nivel superior no universitario.
Sobre el acceso a la universidad se cuenta con datos de la Universidad Nacional del Nordeste, en 2011 cuando inició el PPI la matrícula indígena era de 14 estudiantes; en 2019 es de 55 estudiantes de los Pueblos Qom, Moqoit, Wichí y Omaguaca. Han egresado 3 estudiantes y otros 3 se encuentran en instancias finales de sus carreras de grado.