Esta primera edición del ciclo contó con la participación de más de 1.500 oyentes de todo el país y del extranjero, según explicó en la presentación el Rector de la Universidad Nacional de San Luis, Víctor Moriñigo, quien consideró la propuesta como muy pertinente para la actualidad y en especial para cuando se retome la normalidad.
Así, en primer turno disertó la Rectora de la UNNE y presidente del CIN, quien remarcó que tras la pandemia, se deberían generar mecanismos de evaluación y análisis de las experiencias académicas, pedagógicas y de funcionamiento institucional que se vivieron en el marco de la emergencia sanitaria.
«Estamos frente a un contexto diversos, con dispar impacto de la pandemia en provincias y regiones, y en sectores de la sociedad, y además es un contexto cambiante e incierto, lo que demandará decisiones colectivas, articuladas y flexibles” opinó.
Agregó que, de seguro, el después de la pandemia también obligará a pensar nuevos modos de funcionamiento y roles de las instituciones, tanto de las universidades, como de otras instituciones y de los Estados.
«Frente a la pandemia, se articuló conocimiento con demanda y con solución de problemas» expresó en particular la profesora Veiravé sobre el rol que tuvieron las Universidades en el país tras la emergencia por el coronavirus, rol que remarcó “fue muy activo”, y que “son innumerables los aportes que desde las universidades se han hecho”.
Por su parte, el Ministro de Educación de la Nación expresó «la necesidad de debatir una nueva Ley de Educación Superior, que se genere como una construcción colectiva y que consolide el rol de las universidades como un espacio de acceso al derecho a la educación». «Tenemos que imaginar desde las universidades el día después de la pandemia en diversos aspectos, por una lado en la igualdad educativa en un país que será más desigual después de esto».
QUÉ SE HIZO EN LA PANDEMIA
La Rectora de la UNNE y titular del CIN hizo un repaso de las distintas acciones realizadas por las Universidades en la pandemia, pero antes se refirió a cómo se posicionaron las instituciones de Educación Superior ante la imprevista emergencia con aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Así, señaló que la pandemia tuvo una parte clave que fue la “inmediatez” del proceso, que en Argentina no permitió la posibilidad de planificación en las decisiones, a pesar que se venía mirando lo que ocurría con el Covid-19 en otros países.
Pero además, remarcó, las universidades acompañaron e incluso se anticiparon a la medida nacional aislamiento social, preventivo y obligatorio. “El aislamiento nos puso en la necesidad brusca de un cambio en el funcionamiento cotidiano de la institución en la Educación Superior”.
En ese aspecto, empezó a repasar qué se hizo desde las instituciones que conforman el sistema universitario nacional durante la emergencia sanitaria.
Señalo que se tuvo que apelar a recursos excepcionales para garantizar por un lado la seguridad sanitaria de la población universitaria, pero también poder sostener el principio al derecho de acceso a la educación superior.
Se apeló al uso de los recursos tecnológicos para garantizar ese derecho, ingresando a un proceso de experimentación en ese proceso, pese a experiencias previas acumuladas en uso de las tecnologías, pero que siempre fueron utilizadas como complemento de la actividad presencial.
Entre las acciones de las universidades, resaltó que la suspensión de las actividades presenciales generó estrategias para posibilitar el uso intensivo de las tecnologías TIC, el acompañamiento de los equipos docentes, y se hicieron adecuaciones de normativas y regímenes pedagógicos.
“Se tuvo que tomar medidas para paliar la brecha digital y acceso a la conectividad” indicó.
Además se brindó contención académica y personal a estudiantes de movilidad internacional, así como la implementación de las formas de trabajo administrativo y de servicios a distancia.
En especial, la profesora Veiravé comentó que tuvo una visibilidad muy fuerte en la sociedad los procesos de investigación, extensión, vinculación y transferencia tecnológica desde las universidades, directamente ligadas a generar respuestas frente a la pandemia y demás necesidades vinculadas a la emergencia sanitaria.
Destacó que en ese trabajo, en situación de emergencia, las universidades avanzaron en una articulación y colaboración efectiva con los gobiernos, nacionales, provinciales y locales, instituciones privadas, y demás organizaciones y actores de la sociedad.
«Se articuló conocimiento con demanda y solución de problemas» reiteró.
Indicó que desde el CIN, como institución que nuclea a las universidades, se contribuyó también en las necesidades que surgieron para garantizar las funciones de la Educación Superior.
Comento que se hizo un relevante trabajo desde la Red de Educación a Distancia del CIN que desarrolló documentos y orientaciones para promover los mecanismos de educación virtual en todas las universidades.
Se trabajó con los gobiernos para incrementar el acceso a las tecnologías, y se hicieron aportes para atender a la problemática de género y violencia que se incrementó en el marco de la pandemia.
QUÉ HACER EL DIA DESPUES
Para la profesora Veiravé, la experiencia vivida en la pandemia, podría aprovecharse para, guardando calidad institucional, poder sostener muchas de las herramientas tecnológicas con las que funcionaron las universidades en este tiempo.
Expresó que debería pensarse en el impacto de la educación a distancia, en contexto de pandemia, en los procesos de enseñanza, en el aprendizaje, en las modalidades didácticas y los recursos que se utilizan para el aprendizaje, y también en la organización de los equipos de trabajo.
Consideró que también debería evaluarse cuánto han variado los indicadores de desgranamiento y de rendimiento académico de los estudiantes respecto a años anteriores. “Todavía no tenemos elementos estadísticos para hacer una evaluación certera”.
“Es una oportunidad para incorporar algunas innovaciones que son necesaria en la enseñanza universitaria” estimó para “el día después”.
Señalo que “en la flexibilidad que estamos teniendo y seguiremos teniendo por un tiempo”, tendrá que pensarse en particular en la recuperación curricular y de trayectorias estudiantiles, como las prácticas de campo, prácticas clínicas y otras instancias muy presenciales que no pudieron concretarse en medio de la pandemia.
“De seguro habrá que tener en cuenta a los estudiantes que no pudieron mantenerse en el sistema bajo la modalidad virtual en este tiempo de pandemia”.
Planteó además pensar las modalidades de articulación de ingreso a la universidad con lo que ha ocurrido en las escuelas secundarias este año, para evitar el año próximo situaciones de exclusión, de no adecuación de los jóvenes que quieran ingresar a la universidad.
Acotó que también se tendrá que repensar las condiciones laborales de los docentes, con nuevas instancias de capacitación, ver cómo incluir las formas de trabajo a distancia en las cargas horarias, la organización del teletrabajo y los recursos que son necesarios para realizar el trabajo docente desde los domicilios.
Otro aspecto resaltado fue el “cómo” será a futuro la internacionalización de la educación Superior, y estimó que se demorará bastante en volver a lo que era antes de la pandemia.
Asimismo, consideró que deberá observarse la que ocurra con la recesión económica e inversión pública para la Educación Superior que surgirá como impacto a la pandemia.
«Esperamos que no tengamos que vivir un impacto en la financiación de la educación universitaria como producto de la pandemia” sostuvo.
OPORTUNIDADES
Por último, mencionó algunas oportunidades que visualiza a futuro que dejará la pandemia.
Entre ellas aludió a la posibilidad de ampliar horizontes geográficos y mejorar las estrategias de la enseñanza presencial, para alcanzar a otras poblaciones que no tienen la posibilidad de llegar a las sedes universitarias.
También un desafío repensar la “internacionalización en casa” y ampliar las oportunidades de intercambio internacional de estudiantes.
Remarcó al respecto que en este tiempo se potenció muchísimo el intercambio y socialización de experiencias pedagógicas e institucionales, no sólo entre instituciones del país, sino también en un contexto internacional.
“Deberemos repensar el rol social de las universidades en el día después” insistió.
En ese sentido, estimó que habrá una necesidad social de repensar el rol del Estado, desarrollar ideas críticas sobre los modelos sociales, los modelos económicos, los sistemas sanitarios y sistemas educativos.
Consideró que para ello, las universidades tendrán un rol importante en el surgimiento de discursos y propuestas para mirar estos procesos de forma crítica pero también de manera creativa aportar al desarrollo de propuestas de superación.
Mencionó los diversos impactos que dejará la pandemia, según la CEPAL, lo que plantea la necesidad de poder pensar en políticas públicas que articulen y complementen los recursos que se pueden poner en funcionamiento desde los sectores del pensamiento y de generación de conocimiento.
“También allí las universidades pueden hacer un aporte orientado a la recuperación de los sectores más vulnerables de la sociedad que serán los más comprometidos por la pandemia” dijo y agregó se deberá pensar en procesos de mayor inclusión y mayor participación de los distintos actores en los sistemas productivos.
Consideró que para atender esas nuevas necesidades post pandemia, se requerirá promover nuevas “maneras” de formación en Educación Superior, pensando nuevas opciones de formación y de la relación Educación Superior/Trabajo, con nuevos perfiles educativos.
“Estamos viendo situaciones de conflicto, de violencia, de exaltación social en muchos países. Ello expone, para quienes tienen responsabilidad de conducción y coordinación en las instituciones, poder trabajar con criterio, equilibrio, y con una fuerte participación y consulta de todos los sectores, para que las decisiones en la coyuntura tengan el mayor consenso y acompañamiento posible de las comunidades” expresó.
MINISTRO TROTTA
Por su parte, el Ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta adelantó en la Conferencia que se estará presentando la semana próxima un proyecto de Ley que se denominará Juana Manso.
El proyecto contempla un nuevo plan de conectividad para el sistema educativo, que contendrá tres ejes: conectividad en los establecimientos escolares, el desarrollo de una plataforma federal educativa que garantice la navegabilidad y la distribución de una notebook por niño.
La plataforma educativa según lo expresado por el funcionario nacional, contendrá sistema de mensajería, videollamadas y administración de clases entre otras aplicaciones. Esta plataforma se viene desarrollando también junto al Consejo Interuniversitario Nacional «como una apuesta a la soberanía tecnológica y educativa del país», señaló.
Con respecto a la convivencia del sistema presencial y no presencial de clases que podría darse en los próximos meses, Trotta fue claro «yo creo que la dualidad de nuestro sistema educativo en general es algo con lo que tendremos que convivir hasta que haya una vacuna contra el COVID-19». «El distanciamiento social será una realidad en nuestra vida, nada será como antes y es un enorme desafío por la diversidad de realidades territoriales, de estructura y dimensión de las diferentes universidades».
«Tenemos que buscar los caminos para que en el esquema con el que nos tenemos que enfrentar y nos impone la realidad, demos soluciones desde los estados para la gratuidad de la navegabilidad, el acceso a las herramientas tecnológicas que permitan esa dualidad», expresó el Ministro de Educación.
Descartó por el momento un curso de verano destinado a los jóvenes de los últimos años del secundario que aspiren ingresar al sistema universitario. «Nosotros planteamos-y es algo que tenemos que terminar de coordinar con las provincias y el sistema universitario- que los estudiantes que finalizan el secundario deberán cumplir un módulo específico para que pueden tener una terminalidad de los 14 años de educación obligatoria».
«Tendremos que realizar un despliegue para sostener el desgranamiento que vamos a vivir a partir de la no concurrencia al aula. Habrá que realizar un abordaje específico de acompañamiento a los estudiantes para lograr su continuidad. En ese sentido creo que en el primer cuatrimestre, podemos pensar en un módulo específico articulando el ingreso con la universidad para el mes de mayo. Esto es una propuesta para un escenario extraordinario que nos propone la pandemia», señaló.
Finalmente expresó «la necesidad de debatir una nueva Ley de Educación Superior, que se genere como una construcción colectiva y que consolide el rol de las universidades como un espacio de acceso al derecho a la educación». «Tenemos que imaginar desde las universidades el día después de la pandemia en diversos aspectos, por una lado en la igualdad educativa en un país que será más desigual después de esto».