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Ambiente

Biólogo pidió recuperar las especies de animales de El Impenetrable

El doctor en Biología Gerardo Cerón, coordinador de Rewilding en “Proyecto Impenetrable”.

Gerardo Cerón, quien hace casi 4 años habita en un campamento a orillas de Laguna El Breal, a dos kilómetros del Río Bermejo, hizo un llamado en el que asegura que “no basta con conservar las especies de animales, hay que recuperar lo que perdimos”.

Desde su incorporación en el Proyectoentonces ha dado los primeros pasos, con sus relevamientos y estudios, para devolverle la funcionalidad ecológica al área mediante la reintroducción de especies extintas y el monitoreo con tecnología satelital de especies clave. La Fundación Rewilding Argentina trabaja dentro del parque en colaboración con la Administración de Parques Nacionales, con la Estación de Campo “El Teuco” y un equipo estable de biólogos y baqueanos.

Desde 2017 hasta la fecha, fueron inventariadas 20 especies de hongos, más de 390 especies de plantas vasculares, más de 380 especies de artrópodos, 72 especies de peces, 36 de anfibios, 51 de reptiles, 345 de aves y 58 de mamíferos. Algunas de estas especies no se conocían en la provincia de Chaco.

Siguiendo con la cronología, en septiembre de 2019, se detectaron las huellas de un yaguareté en el Parque Nacional El Impenetrable. Poco después el traslado de una hembra de cautiverio proveniente de Esteros del Iberá, permitió “anclar” al ejemplar salvaje al territorio, hasta que poco después fue capturado para la colocación de un collar de seguimiento satelital. Desde ese día, este macho de 4 años de edad y 114 kilos de peso, llamado Qaramta “el que no puede ser destruido” en lengua nativa Qom, es monitoreado diariamente con tecnología de punta.

En junio de 2020 la Administración de Parques Nacionales autorizó el apareamiento de Qaramta con Tania, una hembra de cautiverio. En primavera de ese año se produjo exitosamente el encuentro. Qaramta recuperó la libertad y a comienzos del 2021 Tania parió dos cachorros muy saludables: Takajay y Nalá. Con mínima intervención humana los cachorros aprenden de su madre las habilidades de caza. Cuando alcancen la edad adulta, serán liberados, trayendo esperanzas al futuro de la especie en el Impenetrable chaqueño.

Consultado sobre el cuadro de situación de las otras especies animales del Parque Nacional el Impenetrable, Cerón hizo un breve repaso descriptivo de los más emblemáticos y sus problemas comunes fuera del área protegida: reducción y fragmentación del hábitat, desmontes. Avance de la frontera agrícola y otras amenazas.

Las especies en la actualidad

Oso Hormiguero – Myrmecophaga tridactyla

Categoría Nacional de Conservación 2019 VU (Vulnerable)
“Se encuentra en muy buen estado de conservación, dentro del Parque. Hay poblaciones saludables. A medida que nos alejamos del área protegida comienzan a disminuir las poblaciones, debido a que entran en conflicto por interacción negativa con los perros que suelen atacarlos, o con los pobladores que prefieren matar al oso por defender sus perros. En el país está en retroceso la especie por la reducción de su ambiente ante el corrimiento de la frontera agrícola. Otra causa de muerte es el atropellamiento en ruta, que se cobra la vida de muchos ejemplares al año.

Tatú Carreta – Priodontes maximus

Categoría Nacional de Conservación 2019 EN (En Peligro)
“Está en peligro de extinción en argentina, es el armadillo más grande del mundo que llega a superar los 50 kilos. Están adaptados para hacer grandes huecos en la tierra, para alimentarse y encontrar refugio. En el parque nacional pareciera que hay una población saludable de la especie, algo difícil de determinar porque suele haber baja densidad de la población. Fuera del parque caen abruptamente las poblaciones, hay muy poco. Por las mismas causas: deforestación, destrucción del ambiente, pero también porque se lo ha cazado mucho, para alimentación pero también por interacción negativa al destruir las colmenas de apicultores. Es fundamental protegerlo, tanto dentro como fuera del parque”.

Pecarí Quimilero – Parachoerus wagneri

Categoría Nacional de Conservación 2019 EN (En Peligro)
“También se encuentra en peligro de extinción en la Argentina, es una especie muy interesante en coloración similar al Pecarí de Collar. Aunque es mucho más grande, con la cabeza más voluminosa. Es una especie que se creía extinta y que no se encuentra emparentado con el Pecarí de Collar, como uno esperaría. Sino que es una convergencia evolutiva de ese color. Los pobladores insistían en que había un tercer pecarí, hasta que se verificó que se trataba de un fósil viviente. Es una especie que tiene poblaciones relativamente pequeñas en el Parque Nacional El Impenetrable. Hay ejemplares, se reproducen, pero hay muchas cosas que desconocemos. Hemos podido registrar al menos 11 individuos distintos. Pero no sabemos que tanto se desplazan. Habitan preferentemente el Chaco Seco, más para el lado del Parque Nacional Copo y los Parques provinciales Loro Hablador y Fuerte Esperanza. Su principal amenaza es la deforestación y la cacería tanto de pueblos originarios como criollos”.

Gato Onza – Ocelote Leopardus pardalis

Categoría Nacional de Conservación 2019 VU (Vulnerable); Región Chaqueña: EN (En Peligro)
“Es una especie más bien escasa en el impenetrable, suele estar asociada a cursos de agua, en bosques o selvas ribereñas. Especialmente en costas del Bermejo, no así del Bermejito. Probablemente porque el Bermejito está pegado a poblaciones rurales y el Gato Onza suele entrar en conflicto con los perros. Es una especie que en el pasado ha sido muy cazada por el valor de su piel. Aquí tenemos también una particularidad: al reducirse drásticamente las poblaciones de yaguareté, aumentan las poblaciones de pumas, con quien compite. Que al proliferar desplazan al gato onza. La recuperación de las poblaciones de yaguareté está directamente relacionada con la recuperación de las poblaciones de ocelote”.

Ciervo de los Pantanos – Blastocerus dichotomus

Categoría Nacional de Conservación 2019 VU (Vulnerable)
“Se encuentra ecológicamente extinto en la Provincia del Chaco. Es una especie que habitaba las lagunas de desborde del Bermejo y el Bermejito. En bajos inundables, con desplazamientos estacionales. Hay un proyecto aprobado por la Administración de Parques Nacionales, que espera comenzar en breve la Fundación Rewilding Argentina, para la reintroducción de la especie y recuperarlo en la región del impenetrable. Con este proyecto la idea es traer algunos ejemplares silvestres y otros de cautiverio de Iberá, Corrientes, donde las poblaciones son muy saludables”.

Aguará Guazú – Chrysocyon brachyurus

Categoría Nacional de Conservación 2019 VU (Vulnerable)
“Es una especie que necesita grandes áreas abiertas, pastizales, costa del Río. En la antigua Estancia La Fidelidad había un 70 % de pastizales, según relatos de pobladores y primeros exploradores. En otro tiempo fue abundante la población de Guanacos, Venados de las Pampas y Aguará Guazú. Pero la caza, la ganadería invasiva y la introducción de enfermedades del ganado hacia ellos, determinaron la extinción de los primeros y la disminución del Zorro grande. En la actualidad el Aguará Guazú subsiste aparentemente en poblaciones saludables, pero no muy abundantes en el Parque Nacional El Impenetrable. Fue muy cazado por la creencia que se trataba del lobizón y por la degradación de su hábitat y desaparición de pastizales. Nuestro gran desafío es recuperar los pastizales”.

Tapir – Tapirus terrestres

Categoría Nacional de Conservación 2019 VU (Vulnerable) / Chaco EN (En Peligro)
“El tapir es una especie que ha sufrido una reducción enorme en su distribución original. Antes se encontraba en Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Formosa, Chaco, Salta y Jujuy. Las principales amenazas que afectan a esta especie son la pérdida y degradación de hábitats, la fragmentación poblacional, la caza ilegal y la interacción con el ganado (competencia, interferencia, transmisión de enfermedades). En el Parque Nacional El Impenetrable las poblaciones son muy saludables y abundantes, por ausencia del yaguareté, su principal depredador”.

Yaguareté – Panthera onca

Categoría Nacional de Conservación 2019 CR (En Peligro Crítico)
“El yaguareté se encuentra ecológicamente extinto en toda la región del Impenetrable, se calcula que quedan menos de 20 ejemplares. Confirmado en el Parque Nacional El Impenetrable solo está Qaramta. Hemos encontrado huellas de otro ejemplar de menor porte, pero hasta el momento no hemos podido registrar con cámara trampa, ni tampoco confirmar su presencia. Hay un tercer ejemplar que nunca ha sido registrado dentro del Parque, pero sí muy cerquita. Sería otro macho que merodea la zona”.

El trabajo en territorio

Para más detalles agregó: “todas las especies nombradas a excepción del Ciervo de los Pantanos, fueron registradas por cámaras trampa de la Fundación Rewilding Argentina dentro del Parque Nacional El Impenetrable. Son treinta cámaras trampa, separadas entre sí por un kilómetro, que vienen monitoreando en forma permanente hace dos años. Se encuentran en distintos ambientes en el corazón del parque”.

Cuando era chico Gerardo soñaba con esto. Ahora de grande sus sueños se han hecho realidad: “Viviendo en este lugar tuve el privilegio de haber visto a todas estas especies, excepto el Yaguareté que me resulta esquivo. Hay especies que pude ver en reiteradas oportunidades, otras hasta 3 veces como el Tatú Carreta. De hecho el día que llegamos para armar el campamento pude ver a un Tatú Carreta hacer un pozo a pocos metros de donde estábamos por armar las carpas, fue algo increíble. Fue el primer animal que vi apenas llegue al Impenetrable”.

“Eso es básicamente el día a día en la estación de campo el Teuco, Vivimos inmersos en la naturaleza, somos parte de la naturaleza. Muchas de estas especies pasan por debajo de las pasarelas de la estación de campo. A veces los tapires duermen cerca y los podemos ver desde nuestra ventana. Los pecaríes comen frutos frente a nosotros. Los osos hormigueros y el tatú carreta nos visitan de vez en cuando. Es espectacular vivir ahí y tener toda la información que nos dan estas especies”.

Una vida muy sacrificada, pero gratificante

Sobre gustos no hay nada escrito, y sobre formas de vida tampoco. “Al principio estuve viviendo dos años en carpa, antes de que se construyera la Estación de Campo, con una letrina y una ducha. Tener un mosquitero hizo grandes diferencias. No había electricidad. El agua la tomábamos a temperatura de ambiente en el verano. Cocinábamos a leña. Estábamos muy aislados, esas mismas condiciones nos hicieron valorar al poblador chaqueño que vive dignamente en esas condiciones extremas”.

“Nuestros compañeros de trabajo, los baqueanos son chaqueños, criados en el monte. Ellos conocen todos sus secretos y tienen mucha sabiduría. Me ayudaron y enseñaron a vivir en el Monte Chaqueño. Con ellos descubrí frutos que desconocía, hierbas medicinales, a descubrir huellas, a seguir animales. Fueron mis tutores y mis maestros”.

“Vivir así nos ha hecho valorar las comodidades que tenemos hoy en día en la estación de campo. Tenemos electricidad generada por paneles solares, heladera, freezer, ducha con agua caliente, ventilador. Todas esas comodidades ayudan, pero las privaciones generaron mucha empatía y mucho compromiso, que ayudaron a madurar como equipo”.

Visto en un contexto global destacó que “todo este trabajo de relevamiento, más el trabajo del equipo con las comunidades contribuyen a generar una economía regional basada en turismo de naturaleza y observación de fauna. En la protección y recuperación de la naturaleza.

Manteniendo al bosque en pie, saludable y como refugio de todas las especies para mantener vivo el ecosistema. Buscando la recuperación de la cultura, que tuve la suerte de conocer, para que sea valorada y respetada. Para que sirva incluso como un atractivo turístico más. Que todo esto se pueda reforzar positivamente”.

“Cuando no hay cacería, las especies se dejan observar, lo que hace que sea más atractivo para el turista. Esto hace que los pobladores puedan ofrecer servicios turísticos y que el turista tenga experiencias, únicas e irrepetibles y que todo eso refuerce a su vez el concepto de la protección de la naturaleza. Es un ciclo que se tiene que realimentar de forma positiva”.

Toda esta experiencia, Gerardo la vuelca con una reflexión final: “es clave todo este trabajo conjunto porque vivimos un tiempo de extinción masiva de especies en el mundo, donde ya no alcanza con cuidar lo que tenemos, sino que tenemos que ir por más, por recuperar lo que perdimos, para tener ecosistemas completos y saludables. Donde nadie debe faltar, ningún ser vivo debe estar ausente”.

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