La información surge a pesar del fallo de la Justicia provincial que suspende los desmontes en noviembre pasado.
“El gobernador Jorge Capitanich está avalando un crimen contra los bosques de su provincia. Las inundaciones y las sequías que cada año golpean al Chaco, aumentan a medida que se avanza con la deforestación. Y al mismo tiempo se está atentando contra el hogar de comunidades campesinas e indígenas, y de especies en peligro de extinción como el yaguareté. Ya es hora de que se prohíba y se penalice la destrucción de los bosques”, reclama Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Ante la falta de actualización del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, el 5 de noviembre pasado la Justicia chaqueña dispone la suspensión de los desmontes, con lo cual deben estar detenidas todas las topadoras. Sin embargo, las imágenes aéreas de Greenpeace muestran máquinas en actividad y se registra la destrucción de bosques en al menos diez puntos de la provincia.
“La grave crisis sanitaria, climática y de biodiversidad en la que nos encontramos nos obliga a actuar en consecuencia. La actualización del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos no puede realizarse al mismo tiempo que se propicia la deforestación; y debe hacerse mediante un proceso realmente participativo cuyos objetivos sean el fin de los desmontes, el manejo sustentable y la restauración de los bosques nativos”,
Según datos del Ministerio de Ambiente de la Nación, Chaco es la provincia con mayor pérdida de bosques nativos entre 2.016 y 2.019, con 130.487 hectáreas deforestadas. Por su parte, el monitoreo satelital de Greenpeace detecta que, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19, durante 2.020 en la provincia se pierden 13.128 hectáreas de bosques.