Desde la Asociación de Profesionales, Técnicos y Auxiliares de Salud Pública del Chaco (APTASCh), manifestaron su categórico repudio a los dichos del gobernador Jorge Capitanich y del ministro Pérez Pons, realizadas en declaraciones a medios de comunicación de la provincia el pasado martes 13 de julio en el marco de los anuncios salariales.
En las mismas, el gobernador en primer lugar no reconoce el rol de trabajador a los compañeros precarizados, siendo que estos son pilares fundamentales del sistema sanitario provincial, y al tiempo que tanto él, como Pérez Pons, ignoran no solo la importancia de la representación gremial, sino también, y aún más grave, el derecho del trabajador a ser representado gremialmente.
A continuación, el comunicado:
“Quisiéramos decir que nos sorprendieron las declaraciones de Capitanich y Pérez Pons, pero lo cierto es que sus dichos reflejan la verdadera naturaleza de la actitud de las autoridades provinciales hacia los trabajadores de salud pública, que se basa en la indiferencia y el destrato. Por ello es que no nos sorprende, pero lo que sí nos genera es una profunda indignación, porque atentan contra el compromiso y vocación de miles de trabajadores que hoy sufren diversos problemas generados justamente por las propias autoridades.
El gobernador Capitanich prácticamente negó la condición de trabajadores a los compañeros precarizados, de ser esenciales a ser inexistentes para el Estado; y muy liviano, afirmó que se requiere un concurso de antecedentes y oposición para el pase a planta. Lo absurdo de su planteo es el hecho de que la decisión política y administrativa para ello la tiene justamente él y nadie más, que es lo mismo que decir que el hecho de que siga habiendo compañeros en condiciones de precariedad hace más de una década, es pura y exclusivamente responsabilidad de CAPITANICH. De nadie más que de él.
Además, manifestó que los compañeros precarizados no pueden tener representación sindical, cuando en nuestro país ese derecho está garantizado por la Constitución Nacional y por los tratados internacionales con rango constitucional a todo trabajador, sin importar su situación contractual. Es decir que ni siquiera el propio gobernador tiene la autoridad para determinar quién puede o no tener representación sindical, y no tiene la facultad de negarle la representación sindical a los trabajadores precarizados. Detrás de estos dichos, se esconde en realidad el profundo desinterés del Gobierno por los trabajadores de la salud pública en general, y a los precarizados, en particular. Pese a discursos grandilocuentes, la realidad nos muestra que al gobierno no le interesa el trabajador sanitario.
Lo mismo se aplica para los dichos del ministro Pérez Pons. Su ansiedad por mostrar resultados y una pizca de soberbia lo hacen cometer errores que no colaboran en este conflicto.
Cuando habla de los aumentos salariales, Pérez Pons cuenta orgulloso de las medidas tomadas en relación al aumento de las bonificaciones propias del sector sanitario, pero omite decir que dichos aumentos no han llegado al bolsillo del trabajador, porque su propio ministerio eligió liquidar los salarios de la manera que quiso y la supuesta recomposición se esfumó. Hoy, los trabajadores de la salud pública somos igual o incluso más pobres que el año pasado.
Pero el ministro fue todavía más allá y, al igual que Capitanich, se metió con los derechos laborales y con la representación gremial, y en particular, con nosotros. Pérez Pons afirma que sólo debe negociar con un gremio mayoritario y con personería gremial, desconociendo numerosa jurisprudencia y principios de libertad sindical que legitiman la representatividad de APTASCH como sujeto válido a fin de representar los intereses colectivos de los trabajadores de Salud.
En el fondo, lo que Pérez Pons busca es deslegitimar nuestra representación gremial, siendo que somos el único gremio exclusivo de Salud Pública, pero el verdadero motivo de nuestra exclusión es que somos los únicos que llevamos el reclamo de las bases, lo que planteamos los verdaderos problemas y los que no vamos a negociar por debajo algo que perjudique a los trabajadores.
De nuestra parte, hemos sostenido nuestro discurso y levantado nuestras banderas siempre con coherencia, sin contradicciones, y apoyado siempre en los verdaderos protagonistas, que somos los trabajadores. Plantemos una lucha y la seguiremos sosteniendo, porque no podemos permitir que, pese al enorme esfuerzo realizado, sobre todo en la pandemia, el gobierno y sus principales voceros continúen su destrato hacia nosotros.
Todo esto nos duele. Nos duele por los compañeros precarizados, que trabajan a destajo y el gobierno no le da el reconocimiento que merecen con un pase a planta y garantía de derechos laborales plenos. Nos duele por los compañeros de planta, que desde hace cinco años ven cómo su salario vale cada vez menos. Duele por los chaqueños, porque tienen un gobierno al que no le interesa la salud pública.
Pero el dolor que sentimos no nos congela; por el contrario, nos moviliza. Nos da fuerzas para seguir saliendo a la calle a reclamar por lo que corresponde, a exigir soluciones, a hacer valer nuestros derechos.
Que el gobernador y el ministro opinen lo que quieran. Nosotros, los trabajadores, vamos a continuar dando pelea por lo que merecemos”