Un proyecto de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE busca aprovechar el suero lácteo que se descarta de la elaboración de productos derivados de la leche, y con ese fin avanzan en la elaboración de una bebida frutal «probiótica» fermentada naturalmente que aprovecha las proteínas, minerales y otros compuestos funcionales-nutricionales del suero.
El suero lácteo es un subproducto de la elaboración de productos derivados de la leche y contiene proteínas, minerales, azúcares, entre otros compuestos nutritivos.
Pero cuando el mismo es descartado como desperdicio puede convertirse en un contaminante del ambiente debido a la gran carga de microorganismos que pueden generar daño en el suelo, agua o lugares en los que se deseche.
Si bien en las industrias lácteas más grandes este suero es aprovechado con distintos fines, en gran parte de los pequeños establecimientos elaboradores se los descarta sin tratamiento alguno.
En ese sentido, desde la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE, a través del Laboratorio de Tecnología de los Alimentos, en los que se elaboran diferentes productos lácteos, se consideró necesario encontrar utilidad a la gran cantidad de suero que se obtenían en los procesos de elaboración, y de esta forma evitar su desperdicio y aprovechar las propiedades benéficas para la salud del mismo.
Así, surgió la idea de poder elaborar un producto probiótico, o alimento funcional, y se pensó en una bebida nutricional.
Tras numerosas propuestas y ensayos, y la pandemia de por medio, se empezó a trabajar en la elaboración de una bebida gaseosa fermentada naturalmente en la que se aproveche el suero en un producto que además incluya frutas regionales de estación.
“Las primeras pruebas se hicieron con suero proveniente de la elaboración de yogur griego de leche de búfala, en distintas mezclas con naranja, manzana, piña y otras frutas, y se obtuvo una bebida muy palatable” según explicaron la doctora Gladis Rébak, la médica veterinaria Gladys Obregón y la estudiante Victoria Canteros, a cargo del proyecto.
Agregaron que básicamente es suero con jugos de frutas y azúcar, y se logra una fermentación natural. La transformación en una bebida gaseosa significa que los microorganismos del suero están activos.
Para graficar la relevancia del aprovechamiento del suero, en la elaboración de 10 litros de yogur griego, quedan 5 litros de suero.
La médica veterinaria Obregón explicó que se está en una instancia inicial del proyecto, pero son alentadoras las expectativas, en especial teniendo en cuenta que la bebida obtenida es muy agradable en gusto.
A la fecha al producto se le hicieron algunos análisis físico-químicos, y se ajustó la formulación para obtener un producto estandarizado.
En las etapas posteriores se realizarán nuevos estudios analíticos, y se determinará qué tipos de microorganismos están activos en la bebida lograda y así ampliar la información respecto a las propiedades benéficas del alimento.
También se proyecta realizar estudios del tipo nutricional y de palatibilidad y sensoriales.
Un dato destacado del proyecto es que se trabaja con suero congelado, y se comprobó que los microorganismos siguen activos tras su preservación en frío, según explicó la estudiante Victoria Canteros.
Agregó que los ensayos se realizaron con suero de yogur de leche de búfala, y en algunas pruebas se utilizó kéfir de leche, pero consideraron que con la formulación ajustada podrían utilizarse distintos tipos de suero, tanto de búfala como de leche vacuna.
Por su parte, la Dra. Rébak comentó que la idea es poder transferir la formulación de la bebida probiótica a los productores lácteos, quienes en sus establecimientos podrían dar valor agregado a su producción y a la vez solucionar el problema del descarte del suero.
Sostuvo que desde la Cátedra de Tecnología de los Alimentos hace años se viene trabajando en la promoción de alternativas productivas que posibiliten dar valor agregado a la producción local y regional.
Pero en este caso, el producto que se elabora además de brindar una posibilidad de agregado de valor a la producción tiene dos aristas importantes que son evitar el desperdicio de un subproducto de potencial riesgo ambiental y por otra parte aborda la producción de alimentos funcionales, en este caso una bebida probiótica, que en la actualidad son muy demandados.
“Esperemos superar las restantes etapas de ensayos y estudios necesarios para poder incorporar este producto al mercado” finalizó.
La bebida probiótica forma parte de los distintos productos elaborados en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE a través de la marca “FAVET”.
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