El Tribunal Oral Federal de Resistencia, provincia de Chaco, condenó a 15 años de prisión a la dirigente social Elida Mambrín, tesorera de la Asociación No Me Olvides, acusada de prostituir a cerca de 70 mujeres pobres que llegaron a su asociación para recibir el plan social Foco, que estimula emprendimientos y educación, entre otros beneficios estatales. También fue condenada por dos hechos de abuso sexual, uno de ellos gravemente ultrajante. Las víctimas trabajaban dentro del esquema de la fundación como “secretarias”, en diversos puntos del Estado provincial chaqueño y otras asociaciones con las que No Me Olvides había trabado convenios.
La pena fue consistente con el pedido formulado por el fiscal Federico Carniel y la PROTEX, el ala de la Procuración dedicada a investigar delitos de trata de personas, representado en el expediente por la fiscal Alejandra Mángano. Lorena Quintana, secretaria de No Me Olvides, también imputada, recibió tres años en suspenso como partícipe secundaria del delito de trata de personas agravado: las víctimas que declararon la ubicaban en varios hechos y situaciones denigrantes.
Mambrín, por su parte, fue condenada como coautora de trata agravada en concurso real con un hecho de abuso sexual simple y otro gravemente ultrajante y con acceso carnal. La víctima de este hecho detalló el uso de un juguete sexual por parte de la dirigente.
Rolando “Kilo” Vallejo, presidente de No Me Olvides, fue el principal imputado en la causa. Se quitó la vida en mayo de 2020, tras permanecer dos meses prófugo. Los testimonios de las víctimas lo ubican como el supuesto principal gestor del esquema de prostitución, mientras alardeaba contactos políticos que le garantizarían impunidad.
Los magistrados del tribunal ordenaron una reparación a las víctimas, cuyo monto se definirá cuando se publiquen los fundamentos del fallo a mediados de septiembre. También se ordenó la incautación y decomiso de dinero y vehículos. Se ordenó, por otra parte, la extracción de testimonios para investigar posibles delitos de acción pública: los acusados de ser los clientes de este esquema fueron funcionarios públicos de alto rango, así como empresarios y un periodista.
En su alegato, explicaron los fiscales, una vez que las incorporaban, los directores de la asociación civil les decían que debían abonar 300 pesos y que luego las sacaban a pasear en auto para “exhibirlas” en distintos actos públicos e incluso cumpleaños. El fiscal remarcó que las víctimas estaban bajo la amenaza de quedar “en la calle” o de perder el único ingreso que tenían: la beca. “Ambos, Mambrín y Vallejo, hacían gala de que tenían muchos contactos en el mundo de la política y el Poder Judicial. Si las mujeres se negaban a algo había reacciones violentas porque supuestamente los dejaban mal parados”, afirmó Carniel. No Me Olvides “vivía de los aportes que realizaban el Ministerio de Desarrollo Social de Chaco, la Lotería Chaqueña y distintos organismos del Estado”, continuó Carniel.
Mángano, por su parte, remarcó algo más oscuro: “No podemos olvidar las distintas formas de corrupción pública en este caso. Se cruzan bienes, servicios, insumos, mercadería y salarios públicos para garantizar deseos sexuales de funcionarios”, afirmó.
En la sede de la calle Posada en Resistencia, siempre según los relatos de las víctimas, Vallejo hacía alarde de sus contactos políticos, que todo quedaría en nada si lo acusaban; Mambrín “saludaba” a las víctimas con un beso en la boca, tocamientos genitales a cargo de Vallejo. Otra víctima, incluso, asegura que fue citada a la misma casa en el barrio 500 Viviendas en donde “Kilo” se quitó la vida, con el pretexto de ser una “secretaria” de la asociación. Declaró que fue una emboscada. Allí, fue violada supuestamente por el dirigente social. En ese abuso, con un hijo menor de edad de la pareja en la casa, también participó Mambrín.
Los relatos de las víctimas hablan de encuentros a solas con un alto jefe político provincial, que la dejaron con el funcionario, que le pidió su número de teléfono. Los testimonios también involucran a un empresario local, dueño de un galpón que le entregaba colchones a la asociación. Luego, un periodista local fue mencionado, con un particular interés por una víctima, que se negó a mantener un encuentro con él. La víctima luego tuvo que enfrentar los reproches de Mambrín. Hablaron de “presencias”, eran llevadas a cumpleaños de hombres mayores, con los que debían bailar.
Una de las secretarias incluso aseguró que tuvo sexo con un funcionario público a cambio de “un beneficio y plata”, afirmó que “Kilo” se encargó de organizar el encuentro, que no sería el único.