Una publicación de investigadoras de la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura de la UNNE detalla los avances en un proyecto articulado con el Instituto de Cultura de Corrientes en torno al reconocimiento y revitalización del Patrimonio Cultural Inmaterial en la región de Iberá. Destacan el carácter participativo de la propuesta, en pleno diálogo con las comunidades locales.
Historiadores, historiadores de arte, críticos, arquitectos, arqueólogos fueron quienes desde un primer momento se interesaron y ocuparon de este espacio de conocimiento y de actuación-gestión, limitado a los bienes materiales propios de estas disciplinas.
Pero desde la segunda mitad del Siglo XX, gracias al aporte de las ciencias sociales, tales como la antropología y la sociología, empezaron a surgir nuevas definiciones que ampliaron el arco de manifestaciones culturales plausible de considerarse como “patrimoniales”, entre ellas el concepto de “Patrimonio Cultural Inmaterial” (PCI).
Dicho concepto tomó mayor vigor en el año 2003 cuando se aprobó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (UNESCO), que lo definió como “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural”.
La Convención sentó las bases para la implementación de modelos de gestión que hasta el momento no se habían aplicado en los procesos formales de legitimación patrimonial, considerando la activa participación comunitaria.
Argentina adhirió en el año 2006 a la declaración de la UNESCO, y en consonancia con estos aportes, en la provincia de Corrientes en los últimos años se pusieron en marcha una serie de proyectos en torno a prácticas de reconocimiento y revitalización del patrimonio cultural inmaterial.
En esa línea, la Arq. Magíster Luciana Sudar Klappenbach y la Lic. Magíster Laura Arruzazabala, docentes-investigadoras de la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de las Cultura de la UNNE publicaron recientemente un artículo en el que repasan las experiencias que se están desarrollando en el interior de la provincia de Corrientes, particularmente en la región occidental del Iberá, en torno a prácticas de reconocimiento y revitalización del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI).
Destacan que dichas experiencias se sustentan en estrategias dinamizadoras de prácticas participativas en los procesos de identificación y legitimación comunitaria del patrimonio cultural local en contextos de ruralidad.
El proyecto se lleva adelante mediante acciones implementadas entre el Instituto de Cultura de la provincia de Corrientes, la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y los gobiernos locales (Concepción del Yaguareté Corá, Mburucuyá, Loreto y San Miguel), de la mano de actores comunitarios que participan en la propuesta.
“La experiencia de trabajo, que desde hace unos años venimos realizando en la región noroeste de los Esteros del Iberá asume una modalidad de gestión participativa como estrategia para la identificación del patrimonio cultural inmaterial de la región” destacan las autoras del artículo publicado en la revista “Rurales”, editada por el Centro de Estudios de la Argentina Rural (UNQ).
Agregan que estas iniciativas imprimen el inicio de una nueva modalidad de activación patrimonial, al tomar como punto de partida el interior provincial y los contextos rurales, en sentido amplio, corriendo, de este modo, el foco de los procesos de reconocimiento, identificación y legitimación de los ámbitos tradicionales, técnicos y académicos, como también de los poderes centrales de la capital provincial.
En ese aspecto, las investigadoras repasan los elementos inmateriales de la región del Iberá, relevados en el trabajo de campo, para facilitar la comprensión descriptiva y analítica de sus diferentes dimensiones.
LA REGIÓN IBERÁ
Los Esteros del Iberá constituyen uno de los humedales más extensos de Sudamérica, y por su condición geográfica natural presenta una biodiversidad, no solo en especies sino también en paisajes y condiciones topográficas, por lo que constituye un área de inigualable valor ecológico y ambiental por lo que cuenta con distintos niveles de protección.
Pero la riqueza de este territorio no solo se ciñe a sus cualidades ambientales y su diversidad biológica, y turísticas, sino también se integra y articula con la diversidad cultural de los pueblos y pobladores de la región.
Por ello, los elementos de la cultura configuradores del espacio manifiestan las raíces guaraníes, que más tarde con la colonización serán influenciadas o modificadas por rasgos españoles y jesuitas, para confluir en tiempos más actuales en las denominadas mestizas o criollas, producto de las vinculaciones interculturales acontecidas desde una perspectiva sociohistórica.
En ese contexto, las acciones participativas del proyecto entre la UNNE y el Instituto de Cultura de Corrientes permitieron realizar una primera identificación y registro de las manifestaciones culturales de la región Iberá, en las cuales los pobladores locales reconocieron signos de su identidad.
Estas primeras aproximaciones dan cuenta de la presencia y continuidad de prácticas y expresiones propias de cada localidad y su entorno rural, y al mismo tiempo de otras que remiten a una escala regional más amplia, y que con sus singularidades permiten comprenderlas como patrimonios compartidos.
Cabe destacar también que el análisis de localización posibilitó construir una cartografía patrimonial que visualiza los universos simbólicos en relación a los territorios.
Estas manifestaciones responden a los distintos ámbitos definidos tanto en la Convención para la Salvaguardia del PCI, como en la Ley Nº 6.193 de la Provincia de Corrientes, y corresponden a los ámbitos de “Usos sociales, rituales y actos festivos”, “Técnicas artesanales tradicionales”, “Tradiciones y expresiones orales”, “Artes del espectáculo”, “Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma español y guaraní, como vehículo del PCI” y “Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo.
Algunos de los patrimonios culturales inmateriales identificados en las primeras experiencias participativas, legitimados a partir de reflexiones consensuadas, y luego de haberse realizado un trabajo de relevamiento, entrevistas, investigación bibliográfica y su sistematización en fichas de inventario, fueron incorporados al Registro Provincial de PCI.
Entre las manifestaciones incorporadas al Registro Provincial de PCI, a partir del consenso y del consentimiento de la comunidad, pueden mencionarse el Chamamé, el Sapucay, devoción al Gaucho Gil, la creencia popular de la Pilarcita, el culto a San Baltazar, los altares domésticos de Loreto, el Festival de la Tradición y la Artesanía en San Miguel, la técnica de cestería y de construcción de rancho Pirí.
Se realizó una identificación del patrimonio inmaterial por localidad, y otro registro del patrimonio compartido por las localidades de la región Iberá.
Las prácticas patrimoniales de la zona que tienen lugar en tradiciones, creencias, costumbres, rituales, artesanías, gastronomía, entre otros, se imbrican con elementos ancestrales configuradores de la identidad rural, constituyente del sentido material y simbólico de los pobladores del Iberá.
NUEVAS FORMAS DE LEGITIMACIÓN
Las autoras de la publicación, destacaron que el trabajo desarrollado en el interior de Corrientes, y específicamente en la zona del Iberá, representa una primera acción de reconocimiento y legitimación de una expresión inmaterial en la escala regional, y particularmente significativa de la “correntinidad”.
Ello posibilitó que se pusieran en marcha, desde el gobierno provincial, una serie de mecanismos, tanto de orden jurídico como de gestión, que brindan un marco de accionar en la identificación y valoración de las expresiones inmateriales como parte del acervo patrimonial correntino, hasta el momento constituido principalmente por sitios naturales o históricos, y bienes de naturaleza material.
“Esto nos permite ver como en el escenario patrimonial empiezan a aparecer otras manifestaciones de estrecha relación con espacios rurales, trascendentes del aspecto geográfico pero que construyen una mirada integral del paisaje, incorporada a la interpretación personal y comunitaria a través de las dimensiones sociales, históricas y culturales” indican en la revista Rurales.
Sostienen que las experiencias desarrolladas en el rescate de saberes populares, locales, en los microespacios cotidianos, permiten afirmar que “es el trabajo sostenido con las comunidades, representadas mediante diferentes actores y agentes culturales, el camino para lograr la sustentabilidad de las expresiones culturales y la consolidación de las identidades regionales”.
En este sentido, resaltaron la pluralidad de agentes y actores que fueron parte de estas acciones participativas, con injerencia a su vez en diferentes ámbitos de actuación propicios para la replicación y difusión de los saberes y las reflexiones construidas.
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