La Iglesia de la Santísima Trinidad en la ciudad de Resistencia fue decorada con cruces doradas colocadas en la cúpula principal y el campanario.
El acto solemne fue seguido por la Santa Liturgia presidida por el Reverendo Obispo de Buenos Aires y Sudamérica, Sr. Cirilo Hieromonk Nikita, abad del monasterio de San Nicolás en Macchagai, y el arcipreste Branko Stanišić también sirvieron. El subdiácono Vasilije Vuleković y el lector Aleksandar Milović sirvieron en el altar, y el Sr. Federico Juan.
San Sava era un niño real, pero lo dejó todo por Cristo a quien amaba desde su juventud. Después de salir de la corte, se dirigió a la Montaña Sagrada donde se entregó al Señor y donde trató con todo su corazón de obtener los tesoros celestiales, pero el Señor no lo privó de los tesoros terrenales y transitorios. Sus parientes más cercanos continuaron gobernando nuestra región durante siglos después de él, y quedó registrado en la memoria nacional como el primer educador y maestro serbio, el único Sava Ravnoapostolni. Por eso, todos nosotros, sus hijos, debemos esforzarnos por ser sus dignos herederos, por servir al Señor como él sirvió, con todo el corazón y el alma, para que también aquí, en estas partes de Sudamérica, demos testimonio de la verdad de la ortodoxia a todos los pueblos.
Después de la Santa Liturgia, se realizó el acto de consagración de las cruces, y luego fueron levantadas sobre las bóvedas del templo.
Fuente: Diócesis de Buenos Aires y Sudamérica
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