Ante un escenario inflacionario que no da abasto y la no difusión de la propuesta salarial del gobierno provincial para que el conjunto de trabajadores la conozca de manera oficial, desde la Asociación de Profesionales, Técnicos y Auxiliares de Salud Pública (APTASCH) resaltaron la necesidad de “encarar una recomposición salarial en serio para no volver a tener otro año de salarios deprimidos y trabajadores pobres”.
Desde la entidad expresaron que “no conocemos aún una propuesta concreta del Gobierno en materia salarial para este 2023, y creemos que estamos perdiendo valioso tiempo. Cuando termine marzo, la inflación ya estará en torno al 18% acumulado sin existir aumento alguno. Por ende nuestro salario ya arrancó muy atrás”. Ante ello, ratificaron su pedido de “necesitamos no solamente ganarle a la inflación, sino que además tenemos que recomponer el salario en serio, compensando las fuertes pérdidas que sufrimos desde hace años”.
APTASCH detalló que, en el 2022, el sueldo básico aumentó un 79,8% contra un 94,8% de inflación, es decir, quedó 15 puntos por debajo del alza de precios. “Este punto es central ya que el salario básico es el que debe recomponerse fuertemente, pero el gobierno intentó en estos años compensar la caída del básico con montos en negro como refrigerio y bonos por única vez que son pan para hoy y hambre para mañana. El aumento y recomposición debe ir si o si al salario básico siendo este el único camino para lograr mejoras reales”, manifestaron.
Además, expresaron que “los trabajadores de salud hemos tenido incrementos en algunas bonificaciones que son muy importantes y, aunque el impacto es muy variable según la categoría y las bonificaciones de cada trabajador, significó una considerable mejora sobre todo para aquellos que están en las categorías más bajas y que ganan menos. Esto fue un logro de APTASCH a partir de una sostenida lucha y dialogo con el gobierno provincial que permitió alcanzar ciertas mejoras muy importante en bonificaciones atadas al básico, pero si este no supera la inflación porcentualmente volvemos a perder”.
El problema salarial no es solo de variación contra inflación, sino que también es nominal en muchos casos de trabajadores del sistema sanitario. Por ejemplo, el salario de un ingresante profesional de planta, suponiendo que cobra título y riesgo, no llega a $ 90.000 de bolsillo. Si a eso se le suma dedicación exclusiva con más de 5 años de recibido, queda por debajo de $ 200.000. La miseria del salario queda en evidencia cuando observamos que la canasta básica para un hogar de cuatro integrantes, en el Chaco, es de $165.000.
En conclusión, APTASCH reiteró su posición de incrementos salariales por encima de la inflación, recomposición salarial y que el básico sea el impulse la suba, no los montos en negros y bonos de único pago. Por ello, “necesitamos que el Gobierno convoque a los representantes de los trabajadores para debatir esta necesidad sin condicionamientos ni diferenciaciones. APTASCH propone que el aumento para el primer trimestre del año debe ser del 30% y que la mesa de negociación esté permanentemente abierta de modo tal de tener subas sistemáticas por encima de la inflación”.
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