Las agresiones contra las mujeres tienen características que permiten identificarlas como violencias de género. Indudablemente la desigualdad de distribución de poder y en las relaciones asimétricas que se establecen entre mujeres y hombres está estrechamente vinculada.
Esta forma de agresión es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer.
La legislación internacional, nacional, provincial determina y define a la violencia política; y es la acción, la omisión, las conductas discriminatorias que ponen a las mujeres en desventaja respecto a los hombres.
Aún persiste la violencia machista, que no solo es ejercida por los hombres, sino también por algunas mujeres criadas con conceptos de esta organización patriarcal manifestada en los diferentes espacios de la vida, sobresaliendo, haciéndose visible en el ámbito político.
La violencia contra las mujeres violan los derechos humanos perjudicando notablemente la democracia. Debemos generar espacios libres de violencia, promover acciones de prevención, sensibilización, concientización y formación de todas las persona.
Es difícil el reconocimiento de las mujeres en el ámbito político, y que se respeten las ideas, las convicciones, sin ser agredidas de diferentes formas.
Un claro ejemplo vivimos en la Cámara de Diputados en los últimos días. Las agresiones verbales a las que fuimos sometidas algunas diputadas por no pensar y votar como los agresores nos llevan a replantearnos el trabajo que se viene realizando. Entendiendo que las leyes analizadas, debatidas, sancionadas en esta Cámara de Diputados son una falsedad, lo ocurrido, sin lugar a dudas, es una abierta violación constitucional a las normas que nosotros mismos u otros legisladores aprobaron.Del dicho al hecho hay un gran trecho… (dicho por todos conocidos), es nuestro deber contribuir en que ese trecho se acorte en beneficio de una sociedad sana, respetuosa y comprometida.