Hace más de 100 días permanecemos en aislamiento social, preventivo y obligatorio y mientras algunas provincias y ciudades fueron flexibilizando sus actividades, desde el municipio capitalino han decidido extenderlo, por el momento, hasta el 31 de julio. Y es que Chaco, aun siendo la primera provincia en haber implementado una cuarentena estricta, sigue siendo el tercer distrito con más casos de COVID-19 en el país, lo que implica no solo en un complejo contexto epidemiológico, sino también, social, económico y emocional.
La mayoría de los ciudadanos hemos adherido a esta medida y ello contribuyó a ganar ese tiempo que nos pedían, entre otras cosas, para fortalecer el sistema de salud. Mientras tanto, el personal de salud, de la policía, los trabajadores municipales y todos los que cumplen funciones en los servicios esenciales siguen al pie del cañón. Pero luego de tantos días y con más dudas que certezas sobre la eficacia de las decisiones de nuestros gobernantes y la posterior implementación de estas, el humor y la tolerancia de la sociedad para cumplir el confinamiento se agota, más aun, cuando vemos que la falta de control y de testeos y rastreos, así como la irresponsabilidad de algunas personas, ha hecho que estas medidas perdieran eficacia.
No solamente debemos lamentar que 107 personas hayan fallecido por coronavirus, sino también, los centenares de comercios de Resistencia que han cerrado sus puertas y las miles de personas que se han quedado sin trabajo. El sector privado es uno de los grandes motores de nuestra economía y pocas respuestas ha recibido para hacer frente a esta angustiante situación.
Hemos visto a los comerciantes pidiendo a gritos que los dejen trabajar llevando su reclamo a la calle y también movilizarse al personal de salud pública pidiendo mejores condiciones laborales y salariales. Como chaqueña, duele ver este panorama y creo que quienes hemos sido elegidos por el pueblo para representarlos debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para velar por sus intereses.
En abril, el Concejo logró una reunión entre el Ejecutivo Provincial y Municipal para acordar acciones conjuntas con respecto a la pandemia, se formaron distintos equipos de trabajo que se iban a llevar adelante y los concejales, fundamentalmente los de la UCR nunca fuimos invitados a ninguna reunión posterior. Todo lo que se tenía pensado, quedó en la nada.
Pero seguimos trabajando y, en mayo y junio, presentamos protocolos de bioseguridad pensando en la flexibilización de algunas actividades y rubros comerciales. Asimismo, para intentar aliviar la carga de los sectores que todavía no pudieron volver a la actividad, días atrás presenté proyectos que establecen la eximición del 50% del Impuesto Inmobiliario, el 30% de la Tasa de Servicios y, la eximición total del pago de Tasa de Registro, Inspección y Servicios de Contralor, a todas aquellas PyMEs dedicadas a actividades consideradas no esenciales, de manera retroactiva, desde el establecimiento del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio hasta la finalización de la cuarentena.
Para estos proyectos, así como el que presentamos el viernes, proponiendo extender la suspensión el cobro de Estacionamiento Medido inteligente en la ciudad, pido a los concejales de la ciudad, que los tratemos y que por consenso los aprobemos, porque son iniciativas que pueden beneficiar a cientos de vecinos.
Creo que debemos construir juntos respuestas alternativas para paliar esta situación y considero que podría ayudar mucho a los comerciantes y emprendedores, recibir asesoramiento y servicios específicos para ayudarlos a reestructurarse y poder amortiguar el impacto económico negativo, adaptando sus modelos de negocios a las nuevas tecnologías y evitar así mayores pérdidas de ventas.
Señor Intendente, lo quiero invitar a retomar el dialogo, que en las diferencias encontremos consenso y podemos pensar en ofrecer soluciones puntuales a problemas de la actualidad. Los vecinos de Resistencia se lo merecen, a ellos nos debemos.