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Ambiente

Proponen lineamientos actualizados para el manejo de recursos hídricos en los “Bajos Submeridionales”

Los “Bajos Submeridionales” se denomina a una amplia región con características para el desarrollo agropecuario y que totalizan más de 10 millones de hectáreas.


Especialistas de la Facultad de Ingeniería de la UNNE que hace décadas vienen trabajando en relación a la zona conocida como “Bajos Submeridionales” expusieron una serie de lineamientos y propuestas actualizadas para optimizar la gestión hídrica de esta región productiva de las provincias de Chaco, Santa Fe y Santiago del Estero y que es seriamente afectada tanto por periodos de sequías como de inundación.

El 50% de la región corresponde a la provincia de Santa Fe, 30% a la provincia de Chaco y 20% a la provincia de Santiago del Estero.

Pese a su potencial productivo, esta zona está atravesaba por la problemática de ciclos plurianuales de inundaciones y sequías, que generan una grave afectación a la producción agropecuaria, en infraestructura ferroviaria y vial, y a las poblaciones que habitan el lugar.

Asociadas al fenómeno de la inundación y sequía en los “Bajos Submeridionales” hay múltiples causas, por lo que desde hace décadas se vienen trabajando con una mirada regional, interjurisdiccional de ese territorio, lo que posibilitó la realización de obras de infraestructura y planes de gestión hídrica para revertir o atenuar los impactos.

Investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, en cooperación con los gobiernos y organismos competentes, han tenido activa participación en la elaboración y ejecución de algunas de las propuestas y definiciones tomadas en torno al manejo hídrico de la zona en todo este tiempo.

En ese sentido, en base a la trayectoria de estudio y trabajo sobre esta región productiva, y con el objetivo de contribuir en “actualizar” algunas cuestiones relacionadas a la gestión hídrica del lugar, los ingenieros en Recursos Hídricos Carlos Depettris y Hugo Rohrmann, especialistas del Departamento de Hidráulica, realizaron recientemente la exposición “Lineamientos para un manejo integral de los recursos hídricos en la región de los Bajos Submeridionales”, en el marco de las 10° Jornadas de Divulgación Científica de la Facultad de Ingeniería de la UNNE.

“Las obras y las acciones que han intervenido en los Bajos Superficiales a lo largo de estos años no siempre han dado una solución integral a los problemas o han demostrado que no son suficientes para afrontar adecuadamente la variabilidad climática” señaló el Ing. Depettris durante la exposición.

En ese sentido, aclaró que los lineamientos y recomendaciones expuestas no tienen una mirada crítica sino que recogen las necesidades actuales identificadas en base a toda la experiencia de trabajo de muchos años de organismos y profesionales en busca de atender las problemáticas de los Bajos Submeridionales.

Causas del problema

Depettris detalló que entre las múltiples causas asociadas a la problemática de esta reconocida zona debe mencionarse la variabilidad espacial y temporal de precipitaciones, que acumulan montos elevados en tiempos relativamente cortos, como de 15, 45 o 60 días.

Este fenómeno lo explicó con una imagen del 8/12/2018 en la que la región presentaba condiciones de sequía o zonas normales, sin áreas anegadas ni red integrada de escurrimiento, pero otra imagen de 45 días después, del 25/01/2019, muestra integrado el sistema de escurrimiento, lo que indica amplias zonas inundadas. Primero se producen anegamientos locales y después se empiezan a vincular las diferentes zonas anegadas.

“En sólo 45 días se acumularon en algunas zonas hasta 800 milímetros de lluvia” recordó para explicar la variabilidad hídrica de la zona.

Otra causa es el nivel freático, es decir el nivel más cercano del agua subterránea hacia la superficie, que en los Bajos Submeridionales está muy cercano y queda influenciado por ese exceso de precipitaciones.

También influye la baja energía del relieve, con zonas de aptitud ganadera en las que la pendiente dominante se aproxima a los 5 centímetros por kilómetro, y en las zonas de desarrollo agrícola la pendiente del relieve es un poco mayor pero no supera los 30 centímetros por kilómetros. Esto provoca que haya inexistencia de un sistema integrado de escurrimiento en forma permanente.

La precipitación y la evapotranspiración son los elementos fundamentales del balance hídrico, y es lo que caracteriza la falta de un sistema de escurrimiento integrado, lo que se encuadra dentro de los “sistemas hidrológicos no típicos”.

Por otra parte, en los Bajos Submeridionales la inundación está impactada por obras de infraestructura o acciones concebidas con criterios muy distintos a los de manejar el agua y que tienen un impacto muy fuerte sobre el sistema de escurrimiento. Los caminos, las obras ferroviarias, los desmontes, tienen un efecto desequilibrante en el balance hídrico.

También la sequía es un problema para la región y la ocurrencia de la sequía es consecuencia de la variabilidad climática, con extremos mínimos de precipitación que se sostienen en el tiempo y empiezan a provocar afectación a la producción agrícola, primero por merma de rendimiento y pérdida de calidad. Pero además la sequía tiene fuerte impacto sobre la producción ganadera, por falta de agua y disminución de pasturas, y pérdida de ganado por mortandad o baja de peso.

Manejo a lo largo del tiempo

Para enfrentar estos problemas generados principalmente por los fenómenos de ciclos plurianuales de inundaciones y sequías, en el tiempo se plantearon obras de saneamiento regional, ejecutadas en buena medida a la fecha, como la “Línea Golondrina” en Santa Fe, la “Línea Paraná” realizada por Chaco y Santa Fe, y la “Línea Tapenagá” que es una obra de saneamiento exclusiva para el Chaco.

Como hubo escases de financiamiento para los proyectos que originalmente fueron concebidos para la región en estas tres líneas, las obras fueron construidas con caudales inferiores a los proyectados, en algunos casos a la mitad del caudal pensado.

Pese a la importancia que tuvieron, muchas de las obras y las acciones no han dado una solución integral a los problemas o resultaron insuficientes.

Lineamientos generales

En ese sentido, los ingenieros Depettris y Rohrmann señalaron que para “optimizar” la gestión hídrica de esa zona, el principal lineamiento parte por reconocer las características propias de los Bajos Submeridionales como un “sistema hidrológico no típico”.

Además se plantea el respeto a los principios rectores de la política hídrica consensuada en el año 2003 por el Acuerdo Federal del Agua y por miembros del Consejo Hídrico Federal (COHIFE), principios que ordenan la gestión hídrica.

Proponen asimismo el encuadramiento con el Plan Nacional del Agua que define dentro de los ejes estructurales de la política hídrica, la adaptación del territorio a los extremos climáticos, lo que justamente afecta a la región de los Bajos Submeridionales.

Para los especialistas de la UNNE urge la puesta en operación del Comité Interjurisdiccional de la Región Hídrica de los Bajos Submeridionales (CIRHBAS), creado en 2018 pero que puesto en reactivación en febrero de 2020 aún no registró avances.

Señalan también la necesidad de consensuar una “Agenda del Agua” como herramienta que permita transformar la visión de lo que hay que hacer en una acción, llegando a un pacto de largo plazo entre los Estados provinciales, el Estado Nacional y los organismos de la sociedad.

Consideran que los avances del acuerdo propuesto deberían ser revisados anualmente y sus resultados deberían ser valorados periódicamente cada 4 años, con participación de todos los actores de la gestión del agua.

Lineamientos específicos

Pero además de los lineamientos generales propuestos para la gestión de los Bajos Submeridinales, los ingenieros Depettris y Rohrmann expusieron una serie de lineamientos específicos para optimizar el manejo hídrico del territorio en cuestión.

En esa línea, plantean que deben actualizarse las necesidades de saneamiento de la áreas agrícolas que integran las regiones de las Líneas “Paraná” y “Tapenagá” en Chaco, mediante un diagnóstico agropecuario, económico, ambiental y social, “después de llevar adelante 45 años de estudio y 25 años de obras ejecutadas”.

Se estima relevante establecer en qué medida aumentó o disminuyo la producción agropecuaria por la ejecución de las obras de saneamiento, lo que no se ha medido en todo este tiempo.

Observan además como necesario realizar una evaluación del impacto que tienen las sequías e inundaciones en la producción agropecuaria.

Por otro lado, resaltaron la necesidad de generar conocimientos científicos sobre los posibles impactos ambientales de los canales en la sequía, pues entienden que se pueden usar también para derivar y redistribuir la poca agua disponible, pero hay críticas que llevarían a trabajar con más profundidad en la generación de información en ese aspecto.

Otra prioridad es responder a los cuestionamientos respecto a si la infraestructura es suficiente para la demanda que se tiene o si afecta el ciclo hidrológico, que son respuestas que los estudios científicos podrían profundizar o esclarecer.

Agregan que también se requiere llevar adelante un plan de reservorios de agua superficial en zonas de aptitud ganadera que incluya un manual de aprovechamiento racional del recurso hídrico en situaciones tanto de exceso como de déficit, y eso se puede realizar acorde al conocimiento actual del sistema.

Por último, plantean como otro lineamiento específico poder tener para toda la región una cobertura de cartografía de zonificación de riesgo hídrico agropecuario que permita poder analizar tanto situaciones de inundación como de sequía, como una medida no estructural que brinde un apoyo a las políticas de ordenamiento territorial.

Conclusiones

“Se requiere un plan de operación y mantenimiento de las obras que sea sostenible en el tiempo, que hasta ahora no se ha podido lograr” consideró Depettris en la exposición realizada en conjunto con el Ing. Rohrmann.

Sostuvo que se necesita una concepción de manejo que atienda y entienda la dinámica de los sistemas hidrológicos no típicos, que tiene características particulares.

Reiteró la importancia de una delimitación precisa de lo que se entiende como Región de los Bajos Submeridionales” que articule con los Comités de Cuenca de la Provincia de Chaco y las otras provincias.

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