Se escucharán decenas de testimonios, dentro de los cuales se encuentran los de investigadoras y docentes de la Universidad Nacional del Nordeste, quienes aportarán las conclusiones de sus trabajos de investigación y publicaciones académicas sobre la temática. Hace varias décadas, profesionales de diferentes áreas investigan lo ocurrido durante este crimen de lesa humanidad y el impacto que tuvo para los pueblos originarios.
«Hay investigadoras de la UNNE que han hecho un trabajo muy importante para la causa, por ejemplo Elizabeth Bergallo que grabó y aportó las entrevistas de las sobrevivientes Melitona Enrique y Rosa Chará; Mariana Giordano que hizo una investigación muy interesante de las fotografías de la época. el discurso periodístico y aportó mucho material a la causa; Teresa Artieda y Laura Rosso que realizaron una investigación sobre el rol de la educación en la Reducción de Napalpí; y también Gabriela Barrios que llevó adelante un intenso trabajo en el archivo provincial», detalló el fiscal federal Ad Hoc Diego Vigay, consultado en Radio UNNE sobre este juicio histórico, puesto que será la primera vez en la Argentina que se juzgue, a través de un juicio por la verdad, una masacre indígena como un crimen de lesa humanidad.
“Hace más de 20 años que trabajo problemáticas vinculadas a los indígenas del Gran Chaco y en particular sobre la Masacre de Napalpí, he trabajado con el discurso periodístico y la imagen visual”, contó a UNNE Medios, la doctora en Historia, investigadora del Conicet y docente en la Facultad de Humanidades de la UNNE, Mariana Giordano.
Mientras trabajaba en una investigación, Giordano halló en el Instituto Iberoamericano de Berlín, una serie de fotografías tomadas por el antropólogo y médico alemán Robert Lehmann Nitsche en los días previos a la masacre. «Estas imágenes, investigaciones y sus resultados se encuentran publicadas en artículos académicos y capítulos de libros, fueron entregadas como prueba a la Fiscalía Federal de Resistencia en el marco del juicio por la verdad y yo voy a ser por ello testimoniante», explicó la investigadora. A la vez destacó que «este conjunto de fotos ha motivado muchas reflexiones por parte de la comunidad, acerca de las relaciones interétnicas y el rol del Estado, que son significativas al momento en que esta masacre había sido silenciada e invisibilizada dentro de la misma comunidad».
Giordano destacó la importancia del análisis de esas imágenes: «Podemos ver indígenas que posaban frente a la cámara, sin que se reflejara de ningún modo un conflicto, pero muchos de estos indígenas portaban un pañuelo blanco en sus brazos y estos eran los que estaban con el gobierno y con la administración, aquellos que no eran considerados sublevados».
«Hasta ese momento en que pude aportar esas imágenes a la comunidad en 2010, había sido la memoria comunitaria la que hablaba de la presencia de un avión en el contexto de la masacre y por primera vez se lo podía visualizar», resaltó. Además, detalló que en esa imagen hay varias personas posando delante del aeronave y que detrás de la fotografía se puede leer una anotación en alemán que hizo el propio Lehmann Nitsche: «Avión contra levantamiento indígena de Napalpí».
«En cuanto al discurso periodístico, lo que se pudo demostrar es el manejo de la información que se hizo en el contexto de la masacre y cómo gran parte de la prensa territoriana y nacional adhirió al discurso del gobernador Centeno acerca de que se trataba de problemas interétnicos y que eran enfrentamientos entre tobas y mocovíes», agregó la investigadora. “La prensa independiente de la época dio a conocer un año después de la masacre todo el manejo discursivo de la prensa y sumó voces para contar lo que realmente significó la Masacre de Napalpí”, destacó también.
Un proceso para anular “lo indígena”
Otra de las investigadoras que dará su testimonio durante el juicio es la doctora Teresa Artieda, directora del Doctorado en Educación y Co-directora de la Diplomatura Universitaria en Pueblos Indígenas e Interculturalidad, de la que también fue co-autora junto con Lecko Zamora del Pueblo Wichí. Y co-autora e integrante del «Programa Pueblos Indígenas de la UNNE». Ella es doctora en Educación y magíster en Epistemología y Metodología de la Investigación, fue durante varios años profesora titular en la Facultad de Humanidades y actualmente se encuentra jubilada.
«Mi línea de trabajo hace mucho tiempo es la historia de la educación para, de y con los pueblos indígenas del Gran Chaco», señaló Artieda. «Con mi equipo de investigación hemos trabajado la reducción de Napalpí y en lo que entendemos como su proyecto pedagógico para la regeneración del sujeto indígena, tanto adulto como infante», agregó la investigadora.
A partir de diversas fuentes primarias consultadas durante la investigación, llegaron a la conclusión que «La Reducción de Napalpí no era solo un establecimiento para el trabajo, sino que buscaba que los niños y los adultos se desempeñaran en el mundo blanco, en un contexto de subordinación».
«Mi aporte específico tiene que ver con brindar una reconstrucción de lo que supuso la reducción, en tanto operación simbólica, de intento de anulación de lo indígena y de los indígenas, que tiene como situación extrema la matanza», explicó Artieda.
Además, contó que «la masacre fue parte de un proceso mucho más amplio, en el cual el propósito explícito era la anulación del sujeto para su conversión en otro, la destrucción de su historia, su idioma, de la relación espiritual con la naturaleza y el mundo con el que se sentía parte». Para la investigadora, «la matanza que ocurrió en Napalpí va a ser el extremo de un contínuo de destrucción».
También Artieda describe que la educación de los indígenas «ocurrió en un clima de violencia que se dió no solo en la previa a la matanza, sino también en los años posteriores». Como indicó la investigadora, la escuela de la reducción tenía un objetivo bien preciso: «Los preparaban para que ocupen los estratos más bajos de la estructura productiva».
Acerca de su participación en el juicio, explicó : «Para este compromiso al que fui convocada yo, y seguramente también las otras personas, nos preparamos desde el punto de vista intelectual y espiritualmente, porque resonamos con el sufrimiento de los compañeros y compañeras indígenas». Artieda contó que está conmovida y comprometida con la causa: «Siento un profundo orgullo porque este juicio es histórico, es la primera vez que se da un juicio de esta naturaleza en nuestro país y gracias a la lucha de tantas personas este crimen de lesa humanidad podrá llegar a esta instancia”. A la vez que agregó: “El Estado argentino se constituyó sobre un genocidio y luego fueron ocurriendo una suseción de genocidios, el primero fue el de los pueblos indígenas».
Juicio por la Verdad
Este lunes por la tarde, comenzó la vigilia por el inicio de este histórico juicio por la verdad en el Centro Cultural Alternativo (CECUAL – Santa María de Oro 471).
El Juzgado Federal N°1 de Resistencia, a cargo de la jueza Zunilda Niremperger, dispuso que el 19 de abril inicie el juicio por la Masacre de Napalpí. Este proceso comenzará a las 8 horas, en la Casa de las Culturas, ubicada en Marcelo T. de Alvear 90 de la ciudad de Resistencia. Inicialmente se hará la exposición del caso, se dará la palabra a la Fiscalía Federal y a las partes querellantes; y luego se reproducirán los videos ofrecidos por las partes en relación a los testimonios de Juan Chico, Pedro Balquinta y Rosa Grilo.
El cronograma continuará el martes 26 de abril, con varios testimonios entre ellos los de Mariana Giordano y Graciela Bergallo. Al día siguiente declararán Teresa Artieda; Laura Rosso y Gabriela Barrios.
Cabe destacar que todas las audiencias se transmitirán en vivo por canal de youtube Chaco – gobierno de todos: https://www.youtube.com/c/ChacoGobiernodeTodos.
La masacre
La matanza indígena conocida como la Masacre de Napalpí ocurrió el 19 de julio de 1924, cuando más de un centenar de policías, gendarmes y colonos fusilaron a miembros de las comunidades qom y moqoit que reclamaban mejores condiciones de vida y laborales en la reducción. Ese día fueron asesinadas, mutiladas y enterradas en fosas comunes cientos de personas, entre los que se encontraban niñas, niños, mujeres, hombres, ancianos y ancianas. Se cree que la represión continuó durante los meses posteriores, con la persecución a quienes habían sobrevivido al ataque. «Es imposible saber exactamente la cantidad total de fallecidos, pero se estima que serían cerca de 400 las víctimas de la masacre», aseguró el fiscal Vigay.
Estos hechos fueron reconocidos por la justicia federal como un crimen de lesa humanidad, pero debido al tiempo transcurrido, no hay posibles imputados con vida que puedan sentarse en el banquillo de los acusados. Es por eso que, por iniciativa de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Resistencia, se realizará un juicio por la verdad, con el objetivo de esclarecer los hechos y las responsabilidades y obtener justicia para las víctimas de la masacre, sus familiares y las comunidades del pueblo qom y moqoit.
El aporte de la UNNE al proceso
Cabe destacar que además de la información lograda a partir de trabajos de investigación, que aportarán las propias investigadoras durante el juicio, desde la Universidad Nacional del Nordeste se sumó a la causa en instancias anteriores del proceso. Tal es el caso, por ejemplo, del aporte que se hizo desde el Laboratorio de Tecnologías de la Información Geográfica (LabTIG) dependiente del Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades – UNNE y del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI-CONICET), en las tareas de excavaciones y exhumaciones realizados en Colonia Aborigen.
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