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Salud

Estudio revela que los alimentos ultraprocesados dañan las bacterias intestinales buenas, debilitan la barrera intestinal y aumentan el riesgo de enfermedades como la diabetes, los problemas cardíacos y la depresión

Los alimentos ultraprocesados reducen la diversidad microbiana, promueven bacterias proinflamatorias y disminuyen la producción de ácidos grasos de cadena corta, esenciales para la salud gastrointestinal.

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  • UPFs = alimentos ultraprocesados.
  • Alteran microbiota intestinal.
  • Causan inflamación y disbiosis.
  • Asociados a diabetes, cáncer, EII, trastornos neurológicos.
  • Baja diversidad microbiana = más enfermedades.
  • Altos en grasas saturadas, azúcares, aditivos.
  • Reducen producción de ácidos grasos de cadena corta.
  • Aumentan bacterias dañinas.
  • Emulsionantes y grasas = mayor permeabilidad intestinal.

¿Qué son los alimentos ultraprocesados?

Los alimentos ultraprocesados (UPFs, por sus siglas en inglés) son productos industriales compuestos por cinco o más ingredientes, entre los que destacan azúcares, aceites refinados, grasas, sal, conservantes y aditivos artificiales. Suelen carecer de fibra dietética, esencial para la salud digestiva y de la microbiota.

Procesos industriales comunes como la reacción de Maillard, la extrusión y la hidrogenación permiten mejorar el sabor, color y textura de los productos, pero a costa de generar compuestos prooxidantes y potencialmente cancerígenos. Además, estos procesos pueden provocar oxidación lipídica y formación de radicales libres, y favorecer el aumento del colesterol LDL.

¿Cuándo se consumen más? Es más común ingerir estos alimentos en horarios nocturnos, lo cual también se asocia a alteraciones en la duración y calidad del sueño, independientemente de la edad.

Cómo los alimentos ultraprocesados alteran la microbiota intestinal

El consumo habitual de UPFs favorece el crecimiento de bacterias proinflamatorias y reduce la diversidad microbiana (α-diversidad), un indicador clave de salud intestinal. También disminuye la producción de ácidos grasos de cadena corta (SCFAs), como el butirato, que protegen la mucosa intestinal y regulan la inflamación.

Esto conduce a un estado de inflamación sistémica y estrés oxidativo, lo que incrementa el riesgo de enfermedades crónicas. En personas que consumen grandes cantidades de UPFs se observan niveles elevados de bacterias dañinas como Granulicatella, Blautia o Carnobacteriaceae, y menor presencia de especies beneficiosas como Roseburia y Lachnospira.

Los emulsionantes artificiales también bloquean la proliferación de bacterias antiinflamatorias, aumentando la permeabilidad intestinal y permitiendo el paso de bacterias al torrente sanguíneo. Este fenómeno está relacionado con trastornos metabólicos y cardiovasculares.

Consecuencias enfermizas de la disbiosis causadas por alimentos ultraprocesados

  • Diabetes tipo 2: La alteración de la microbiota favorece un desequilibrio entre las bacterias Firmicutes y Bacteroidetes, lo que incrementa el riesgo de diabetes tipo 2. Además, la baja presencia de Akkermansia muciniphila, una bacteria clave para regular la insulina y el peso corporal, es común en quienes consumen muchos UPFs.
  • Enfermedades inflamatorias intestinales (EII): Tanto la colitis ulcerosa como la enfermedad de Crohn están relacionadas con disbiosis intestinal, reducción de bacterias antiinflamatorias y mayor permeabilidad de la mucosa intestinal. También se observan cambios en la producción de ácidos biliares, SCFAs y el metabolismo del triptófano.
  • Cáncer colorrectal: El patrón alimentario occidental rico en UPFs se vincula con una mayor incidencia de cáncer colorrectal (CRC). Se ha identificado un aumento de bacterias como Bacteroides fragilis, Fusobacterium nucleatum y Parvimonas micra, que pueden generar toxinas y especies reactivas de oxígeno, capaces de dañar el ADN.
  • Trastornos neurológicos: Existe una conexión directa entre la microbiota intestinal y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. Las alteraciones microbianas están implicadas en enfermedades como Parkinson, Alzheimer y depresión mayor, donde se observa una disminución de bacterias beneficiosas como Firmicutes, Bacteroidetes y Actinobacteria.

Conclusiones

Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados no solo es clave para la salud humana, sino también para la sostenibilidad ambiental. Estas son algunas razones:

  • Menor demanda energética: La producción de UPFs implica procesos industriales intensivos en energía.
  • Fomentar alimentos frescos y mínimamente procesados reduce el consumo energético.
    Disminución de residuos: Los UPFs vienen en envases plásticos y materiales no biodegradables que agravan la crisis de residuos sólidos.
  • Reducción de emisiones: Su cadena de producción y transporte genera más gases de efecto invernadero que los alimentos locales y de temporada.
  • Impulso a la agricultura sostenible: Reemplazar UPFs por alimentos naturales apoya prácticas agrícolas ecológicas, respetuosas con la biodiversidad y el uso eficiente del suelo.
  • Conciencia ecológica y alimentaria: Disminuir el consumo de estos productos promueve una relación más consciente con el entorno, el origen de los alimentos y sus consecuencias.

Replantear nuestra relación con los alimentos ultraprocesados no solo es vital para nuestra salud, sino también para avanzar hacia un modelo de producción y consumo más respetuoso con el planeta.

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