Una completa locura, estoy sorprendida de que el gobernador Jorge Capitanich junto al ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié hayan anunciado el proyecto de ley para la penalización de los desmontes ilegales. No porque lo vea como algo erróneo, al contrario, es completamente necesario, sino porque me parece la cima del cinismo, a no ser que ahora anuncie que se sancionará a sí mismo.
Que acaso ya nos olvidamos que no hace tantos meses el gobernador pretendía aprobar un mapa de ordenamiento territorial que habilitaba la deforestación de 1 millón de hectáreas de monte chaqueño y ahora con el ministerio de Ambiente busca revalorizar los bosques y a su vez fortalecer la industria planificada.
Es el colmo de la hipocresía, sin lugar a dudas estamos de campaña política y algunos parecen haber sufrido demencia. Presentan a la ciudadanía “novedosos proyectos” que deberían ser ya un hecho evidente.
Cada verano sentimos el efecto de los desmontes en la provincia del Chaco, pero probablemente nadie se pone a analizar que, como declaraba la coordinadora de la campaña de Bosques de Greenpeace, Noemí Cruz, “todos los impactos del cambio climático podrían mitigarse asumiendo el compromiso que tomó Argentina de deforestación cero para 2030”.
Si la prioridad del gobierno durante estos 16 años hubiera sido la de proteger nuestros bosques, otra sería nuestra realidad, posiblemente las altas temperaturas, la sequía, las inundaciones, y todos los impactos del cambio climático podrían haberse mitigado gradualmente.
Es tiempo de que reflexionemos y actuemos al menos con el rechazo social manifiesto a las notas de presentaciones que hoy todos los portales periodísticos replican sin detenimientos.
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