A palabras necias, orejas de burro

Me sorprendió y me enojó mucho escuchar a Sergio Massa hablar con tanta soltura sobre el campo, expresando tanto desconocimiento en la materia. Me parece una falta de respeto y quiero compartir mi indignación con ustedes.

Mientras cientos de miles de compatriotas que dedican su vida a trabajar la tierra, se ven afectados por la sequía y encuentran nulas respuestas por parte del Estado (gran socio del campo en las ganancias pero un completo desconocido en las pérdidas); el actual ministro de economía y precandidato a presidente kirchnerista, se da el lujo de decir que la sequía contribuye a la mineralizacion de la tierra y bla, bla, bla.

¿Mineralización? ¿Fertilidad? Está visto que el actual gobierno no sólo desconoce de pleno la actividad agrícola ganadera sino que además nos toma por tontos y deja entrever que no hace el mínimo esfuerzo por inmiscuirse en las cuestiones de la rama productiva más grande que tiene este país.

Considero, queridos lectores, que el kirchnerismo está de salida en este país porque han hartado a la sociedad. Ese cansancio, esa desesperanza que se percibe en la sociedad, tiene que ver precisamente con qué además de no implementar una sola política pública que nos favorezca, nos violenta y nos subestima cada vez más. Cierto autor alguna vez dijo que «el pueblo es un magma», y aquí, el magma empieza a hacerse sentir.

Este domingo, tenemos la oportunidad de despertar el volcán que somos y mostrar que ya no más. Democráticamente concurriremos de forma masiva a votar por un modelo de país distinto, donde los ciudadanos no seamos simples electores que se descartan cada dos años, sino que reivindicaremos nuestra dignidad y soberanía.

No damos más y estas declaraciones «poco cuidadas» y ofensivas para quienes todos los días nos levamos a las 6 am a hacer patria y luchar contra la falta de piedad de la naturaleza pero también la de nuestros gobernantes de turno; no hacen más que reafirmar que es momento de dar vuelta la página.

A palabras necias, orejas de burro, señor ministro. El domingo el pueblo les dará una lección invaluable: no pueden llevarse todo por delante, la soberbia es mala consejera. El domingo, se van. Ojalá aprovechen el próximo tiempo libre para instruirse.

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