En estos más de 100 días de aislamiento en nuestro país han pasado muchas cosas y, muchas de ellas, las hemos dejado pasar por alto. Pero la libertad de expresión es innegociable.
A partir del comienzo de la cuarentena obligatoria hasta el día de la fecha, han habido hechos para tener en cuenta en la coyuntura del día a día. Desde el Ministro de Salud de la Nación cambiando de opinión sobre la gravedad de lo que se vive, pasando por los cacerolazos, el fin de las negociaciones con el Mercosur, la desaparición y muerte en democracia de Luis Espinoza, el ataque a comunidades Qom en Chaco, causas judiciales a la clase política, Alberto Fernández vs Trump y Uruguay, el intento de expropiación a Vicentín, el presidente y sus exabruptos con periodistas, Boudou libre, LATAM, Dólar «Nieto», la peor caída económica en la historia del país (¿culpa de la cuarentena o del gobierno?), los reiterados pedidos de último esfuerzo que llevaban a la extensión de la cuarentena y muchas otras cosas en el medio. Cómo coronación de esta seguidilla de atropellos y malos manejos llega otro momento clave: la posible detención de periodistas.
La posible detención de periodistas tomó mucha fuerza en las últimas horas, en el contexto de un país gobernado por una fuerza política con históricos cruces con algunos sectores del periodismo.
Capitanich rompiendo diarios en conferencia de prensa, la participación de Clarín en la disputa entre el campo y el kirchnerismo, la cobertura de la causa Nisman y muchos otros momentos, son algunos ejemplos de una relación difícil entre quienes hoy ocupan el poder y algunos periodistas. No es generalizado ya que, desde la llegada del kirchnerismo, creció de gran manera lo que muchos llaman el «periodismo militante», que también fue un actor clave en todas estas disputas, en la creación de un relato y en el ataque a quien no pensaba igual.
El periodismo tiene un rol clave en la sociedad: informar a la sociedad para hacer valer sus derechos. Ahora bien, el periodismo también cumple una función sustancial en la democracia y en la república: controlar el poder. Cuando el poder político, económico o judicial se equivoca, excede o corrompe y el periodismo lo expone, ¿quién debe cambiar? ¿el poder o el periodismo? ¿hay en el periodismo un discurso único? ¿qué hacemos con la información que recibimos?
Para que los periodistas puedan llevar a cabo su trabajo de investigar, verificar, redactar y publicar sobre su visión o análisis de un tema necesitan de algo que creíamos que era un pensamiento generalizado: Libertad de prensa. «El periodismo es libre o es una farsa» enseñaba Rodolfo Walsh y ésta es una bandera que en un país democrático jamás puede ser bajada del mástil, debe flamear fuerte y alto, pero por sobre todas las cosas: debe ser defendida fervientemente, no solo por los profesionales sino también por la sociedad en su conjunto.
Como seres humanos en sociedad, está perfecto que algunos puedan sentirse identificados o representados con la forma de comunicar de uno o de otro. Entonces, ¿qué es lo que tendríamos que valorar del periodismo? Quien les escribe, considera que es la Libertad. La Libertad le da al periodista la posibilidad de luchar por transformar realidades, de exponer y de generar consciencia. Aquí radica la importancia del periodismo libre. El recordado Albert Camus decía: “Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”.
Luchar por un periodismo libre es luchar por tu libertad para saber qué es lo que sucede, luchar por la pluralidad de voces, por la independencia de los comunicadores. Cuando el periodismo y su libertad son atacados, se ven en jaque la democracia, la república y eso nos pone en un grave escenario como sociedad. Nos lleva a caminar con los ojos vendados, te lleva a la inseguridad de no creer nada de lo que ves o escuchas, lleva a lugares en donde no queremos estar.
Desde el lugar que nos toca, como ciudadanos, valoremos la libertad de pensar, de expresarnos, de criticar y de pedir respuestas.
Juan Cruz Ramírez (Secretario de Prensa de Jóvenes PRO-Argentina)
